Hace unos meses hablamos en el blog sobre el momento en el que los portabebés empiezan a quedarse pequeños. En esa entrada básicamente nos centramos en las mochilas ergonómicas, ya que los fulares son portabebés totalmente adaptables desde el primer día hasta el último (especialmente los tejidos). Puedes ver esa entrada aquí mismo.
Hoy vamos a centrarnos en la mochila para niños «grandes» por excelencia, la Mochila Tula Toddler. Esta mochila es sin duda la preferida por la mayoría de las familias que buscan un portabebés que les permita llevar a sus hijos hasta los 4-5 años con total comodidad. Como comentaba en la entrada a la que he hecho referencia antes, todos los fabricantes de las mochilas estándar tienen sus mochilas homologadas para soportar hasta los 18-20 kilos de peso en su mayoría. Pero cuando hablamos de ergonomía, no solo tenemos que fijarnos en eso. En realidad, lo que nos va a indicar que una mochila se le ha quedado pequeña a nuestro hijo es el tamaño del cuerpo de ésta, y la posición que éste adopte dentro de la mochila. En resumen, lo ideal sería que, en la medida de lo posible, el niño mantenga la posición de ranita, con las rodillas más elevadas que el culete, y que la mochila sostenga la mayor parte de la espalda. Evidentemente si a un niño de 2 años como en esta foto de mi hijo la mochila le queda clavada, cuando tenga 4 años seguramente el puente de las piernas le habrá quedado más pequeño, pero aún así lo mantendrá en una posición cómoda y no llevará las piernas colgando, como le pasaría con una mochila estándar. Además se puede apreciar en la foto como sus rodillas (solo se ve una pero os aseguro que la otra la lleva igual) quedan por encima del nivel del culo, con lo que va en una posición perfecta.
¿Cómo es la Tula Toddler?
Pues básicamente es una mochila ergonómica con un tamaño mayor que las mochilas estándar, que como hemos dicho permite mantener al niño en la posición correcta el máximo de tiempo posible. Según el fabricante se puede usar con niños desde los 11 hasta los 22 kilos, y recomienda su uso a partir de los 18-24 meses, en función del tamaño del niño. Personalmente, he visto bebés de menos de 18 meses correctamente colocados en una Tula Toddler (bebés de alrededor de 15-16 meses y de gran tamaño). Como siempre digo, lo ideal es poder probarla y ver si le queda bien, aunque la realidad es que no siempre es posible.
Tanto la versión baby como la toddler de esta marca destacan por su comodidad. Tirantes más acolchados y con más recorrido que la mayoría de marcas del mercado actual hacen que la mayoría de familias que prueban esta mochila entre algunas otras, se decanten por la Tula. Las características que hacen de esta mochila «LA MOCHILA» (:-D) son las siguientes:
Cinturón: adaptable desde los 68 cm aproximadamente hasta los 142, válido para casi cualquier complexión. Además, la zona acolchada es una de las más grandes, con 66 cm de largo y aproximadamente 13 cm de alto. Esto significa que en personas de complexión pequeña la zona acolchada casi se superpone, así que tenemos la zona completamente acolchada, máxima comodidad. Incluso la hebilla (que incluye una goma de seguridad por si no cerramos bien el cierre o se abre por accidente) va sobre zona acolchada, un plus en comodidad, especialmente si tenemos en cuenta que esta mochila se suele usar a la espalda, y esa zona queda sobre el abdomen. El cinturón incluye un bolsillo que sin bien no es gran cosa, nos da para guardar unas llaves, un móvil o poco más… hace el apaño.
Cuerpo de la mochila: tiene una base de 44 cm (donde va sentado el niño en cuestión) que se va ampliando hasta llegar a los 49 cm en la zona superior, mide de alto 49 cm, lo que nos garantiza un soporte adecuado a la espalda de los niños más grandes y además tiene un par de pinzas que preforman el asiento, algo que destaco especialmente de esta mochila (aunque me cuesta destacar detalles concretos porque reconozco que me gusta la mire por donde la mire). No lleva ningún acolchado; el cuerpo simplemente está compuesto por dos finas capas de algodón 100% con certificado OEKO TEX Estándar, que por una parte, la hacen mucho más fresca y transpirable que otros modelos de mochilas ergonómicas que llevan rellenos, y por otra parte, no menos importante (yo diría que casi más), es el hecho de que los acolchados tienden a «aplastar» al niño contra el porteador, por lo que las mochilas que no lo llevan, como es el caso de la Tula Toddler, resultan más cómodas y adaptables. Depende mucho del tipo de acolchado, pero por lo general, al no permitir que el tejido se adapte por completo al niño cuando ajustas la mochila ésta tiende a «aplastar» un poco la espalda. Lo de aplastar lo pongo entre comillas, porque no significa que todas las mochilas que lleven acolchados lo hagan, pero personalmente, me resulta más ergonómica una mochila sin acolchados por esa razón (también influye si el cuerpo de la mochila está preformado con alguna pinza, la forma que tenga… por eso añado las comillas y generalizo un poco). Por otra parte, resulta una mochila muy ligera y fácil de transportar que podemos dejarlos cómodamente colocada en la cintura-cadera y recogerla sobre sí misma, algo práctico cuando el niño vaya andando.
Zona de las corvas: otro aspecto a destacar de esta mochila es que lleva esta zona con un acolchado muy cómodo y gustoso. Resulta especialmente práctico en épocas en las que los niños llevan las piernas al aire y pasan un buen rato en la mochila, porque aunque la posición que adoptan en ella ya de por sí les garantiza total comodidad, esa zona puede tender a dejar marcas en la piel. Así, cuando la mochila empiece a quedar pequeña (y la famosa posición ranita ya brille por su ausencia) el acolchado hará que la tela no se marque en el muslo. En esta foto puedes ver el acolchado, se trata de la parte roja con lunares 🙂
Capucha: una de las pocas pegas que he puesto siempre a la marca Tula ha sido la capucha que incorporaban sus mochilas. Me parecía, en comparación con la mochila, una capucha «cutrecilla», demasiado fina, y que en el caso del modelo que nosotros usamos, era de un color que, sinceramente, no queda bien ni con el gris del cuerpo de la mochila, ni con el estampado. Por suerte, la han modificado y ahora la hacen con el mismo tejido que el resto de la mochila, y en el mismo tono que el color base de la mochila. Punto positivo para Tula 🙂
La capucha se une al cuerpo de la mochila con dos snaps situados en el interior de éste, y se puede dejar puesta o quitarla mientras no se use, y así poder lucir el estampado que hayamos elegido. Cuando la usamos para sujetar la cabeza del niño enganchamos sus elásticos a un cierre situado en el tirante, que se puede desplazar varios centímetros, para dar la tensión suficiente a la capucha y que ésta haga correctamente su trabajo (sostener la cabeza).
Tirantes: en mi opinión, los tirantes de esta marca son… sencillamente, los mejores que he probado. No solo porque sean los que me resulten más cómodos a mí, sino porque en general, a la mayoría de personas les resultan súper cómodos. Están ligeramente curvados, de forma que una vez puesta la mochila, los tirantes quedan hacia dentro para que el peso se distribuya en la espalda cómodamente, y no se resbalen por el hombro, y tienen un acolchado muy gustoso y nada rígido. Aunque como digo en general es una mochila que gusta a todo el mundo, son las personas de complexión grande las que lo notan más, especialmente bajo las axilas, porque el acolchado tiene más recorrido que otras mochilas y la tira de ajuste está en contacto en menos zonas. En las personas de menos talla, casi que ese recorrido lo cubren por completo los tirantes acolchados, así que de una forma o de otra, resulta muy agradable de llevar puesta.
Los dos puntos de ajuste de la mochila están colocados en los tirantes. El primero sobre la zona de los hombros, y el segundo acaba en la zona media del cuerpo de la mochila. Resultan muy sencillos y rápidos de ajustar.
Los tirantes se unen entre sí a través de dos tiras regulables y un broche similar al de la cintura, para mantener los tirantes en su sitio. Además se pueden regular fácilmente en altura, de forma que la persona que utiliza la mochila, si la va a llevar delante, pueda cerrarlo cómodamente (cuando porteamos a la espalda cerrar este broche y regularlo para que nos resulte cómodo es más sencillo, porque nos queda por encima del pecho).
Estética: a veces es la estética de la mochila la que nos hace decantarnos por una marca u otra. Tula es una marca que va variando sus modelos. Pocos son los que se mantienen en su fabricación, así que podríamos decir que casi todos los que saca terminan siendo «ediciones limitadas». Básicamente, los modelos llevan un color base en tirantes, cinturón, capucha… y un estampado en el cuerpo. Estas son algunas de los modelos que puedes encontrar a fecha de hoy en nuestra web (generalmente fabrican los mismos modelos también para la versión estándar)
De izquierda a derecha: The Star, Spa Scallop, Zig Zag, Hot Air Balloon
Como puedes ver, una mochila muy completa y práctica que te permitirá seguir llevando a tu hijo cerca durante más tiempo. La puedes encontrar en nuestra web. Si tienes alguna duda o quieres probarla personalmente ponte en contacto conmigo 🙂